Cada persona entiende la literatura de una manera diferente. Y la escritura. Dirán algunos que sentarse delante de una pantalla día tras día, coger una pluma y garabatear sobre unas hojas desgastadas no debe ser tarea fácil. Quizá tengan razón. Escribir no es quitarse de encima la ociosidad, no es pasar el tiempo ni entretenerse. La escritura, al menos así la entiende una servidora, es la capacidad de cada uno de nosotros de reconstruir la memoria. De recuperar ese lugar que quisimos dejar en el olvido. Ese caos del que habla Maruja Torres. «La escritura sirve, entre otras cosas, para ordenar el caos, para inventarnos una deseobiografía».
A veces las palabras surgen de una anécdota que se contó, de una frase escuchada al vuelo, de una vida que alguien deseó guardar en el baúl. Tal vez esa historia también esté borrosa, se mezcle con otros mundos que creyeron vivir y, con el tiempo, se inventen realidades que acaban en un papel. Pero hay momentos en los que uno ya no quiere mentir ni mentirse y termina perfilando un mundo que sí fue, con personas que existieron o, quizá, como solemos hacer los que nos dedicamos a este noble arte, acabemos por ficcionalizar humanos. Entonces, sin querer, regresamos al inicio, a inventarnos una fantasía que nos permita ordenar el caos que nos envuelve.
Así, más o menos, entiendo la escritura; un lugar que llegó para salvarnos.
Esta entrevista que habla de la deseobiografía tiene ya años, pero hay bastantes píldoras literarias que me han emocionado. Siempre recomiendo las novelas de Maruja Torres. Hoy también. Y una entrevista maravillosa de hace unos meses que le hicieron en la 2 de TVE. Podéis acceder a ambas en los enlaces que os dejo a continuación.