Me preguntan a veces cómo se me ocurrió escribir Un brindis por el desamor. La verdad es que surgió de una fotografía (creo que ya os lo he contado alguna vez). Una imagen de una cama vacía fue suficiente para que en mi cabeza surgiera una historia. Pero lo cierto es que, aun siguiendo con el estilo anterior, tenía muchas ganas de salir de mi zona de confort; escribir una historia alegre, desenfadada. Del todo no salió. Hay quien me ha confesado que ha sufrido mucho leyendo esta novela. Quizá el bagaje, esa maleta que cargamos, nos haga sentir las historias de una forma distinta.
Pero más allá de esas sensaciones, en una reseña que apareció el otro día, una lectora resumía muy bien el espíritu de esta novela: un soplo de aire fresco...
Eso es Un brindis por el desamor. Una historia para leer en una tarde mientras tomas un café, reírte (y hasta enfadarte) con Angélica, su protagonista; disfrutar de su amistad con Meredith o Lorenzo. Cantar y bailar.
pero sobre todo, esta novela te llevará a un buen brindis, por el desamor, o por el amor; o mejor aún, por la vida.
Lo cierto es que una reseña me ha traído a la memoria aquellos días en los que conversábamos sobre la historia de Angélica.
"Tendemos a demonizar aquello que nos huele a (des)amor, tal vez por temor a vernos reflejados en una actitud que vista en otros nos pueda parecer ridícula.
Os invito a deshaceros de vuestro prejuicio y brindar con Rosa Sanmartín por su novela.
Más allá del desamor habla de amistad, de esa que nunca falla aunque existan desavenencias, de miedos porque los cambios siempre conllevan ciertas inquietudes, de superación, de risas...
Con una protagonista que te desquiciará, te hará tirarte de los pelos y aplaudirás con y por ella, Un brindis por el desamor es un novela divertida, bailable, fresca y que te hará olvidar por un rato la porquería que hay suelta por el mundo."
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