¿Quién no ha leído esta preciosidad alguna vez? No en vano es un referente de nuestra literatura. Jamás leí algo tan lúcido y acertado si pensamos en la época en que fue escrito. Adoro cómo critica a una sociedad caduca y engañosa. ¿Quién dijo que aquellos molinos no eran gigantes? Lo eran, y asfixiaban a las gentes de aquella época.
Sancho, más escéptico, más incrédulo, aunque acabó cediendo a esa locura que no es locura, sino cordura.
Cervantes fue un genio, un adelantado a su tiempo, que supo ver y entender la literatura y su significado. Su Quijote no habla solo de las novelas de caballerías, hay una gran crítica social, una forma de retratar España como pocos han sabido hacer. Su prosa te saca una agria sonrisa; una sonrisa que te muestra hasta dónde interesa a algunos que dejemos de estar locos, que dejemos de soñar. Lástima, eso sí, que don Quijote acabara volviendo a ser Alonso Quijano y dejara su locura para volver a la realidad, aunque no pudo con ella... porque sólo mientras loco, fue cuerdo.
Y este, sin duda, es uno de los libros que salvaría...