La Vegetariana, de Han Kang
- Roseta

- hace 2 días
- 2 Min. de lectura
Acabo de cerrar La vegetariana de Han Kang y todavía siento la historia pesándome. No es un libro fácil, ni pretende serlo. Es una obra descarnada —en todos los sentidos— que explora las fronteras entre el cuerpo, la violencia y la libertad individual con una prosa hipnótica y contenida.Han Kang, ahora Premio Nobel, escribe con una precisión que corta. Cada palabra parece elegida con dolorosa delicadeza. Hay algo en su manera de narrar que combina lo etéreo con lo corporal, lo sagrado con lo grotesco. Su escritura no busca complacer, sino revelar lo que generalmente se evita mirar: la desobediencia del cuerpo y la fragilidad humana ante el deseo de pureza.La protagonista, Yeong-hye, decide dejar de comer carne y con ese gesto mínimo comienza una rebelión silenciosa. Su decisión, aparentemente inofensiva, desencadena en los demás una serie de reacciones violentas y cuestiona lo que entendemos por normalidad. En el fondo, Han Kang nos habla del precio de ser diferente, de la incomodidad que genera quien deja de ajustarse al molde. Hay una frase que me marcó especialmente: “No quería hacer daño a nadie, solo dejar de ser parte del mundo carnívoro.” Esa confesión concentra toda la ternura y la desolación del libro. Como lectores, acompañamos a Yeonghye en su transformación, sin saber si lo que presenciamos es una caída o una forma de liberación. Leer La vegetariana es atravesar un espejo oscuro. Es sentir que algo propio se tambalea en cada página. No es una lectura que se olvide pronto, y justo ahí reside su poder: en sacudir, en incomodar, en obligarnos a mirar lo que preferiríamos evitar.
📚 Si te atraen las novelas que desarman certezas y ponen a prueba tu sensibilidad, esta es una joya que merece ser leída con calma.







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