¿Quién dijo que escribir era solitario y aburrido? En un taller de escritura se trabaja , y mucho; se comparte y nacen amistades literarias. Pero también hay tiempo de risas y retos. En algunas sesiones hasta jugamos a los dados, literarios, eso sí. Y es muy divertido ver hasta dónde llega la imaginación, las sorpresas y los personajes cobrando forma en una historia que, de entrada, parecería imposible.
¡Me encanta enfrentar, y enfrentarme, a nuevos retos!
¿Y a ti? ¿Te gusta jugar con la escritura?
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