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Ni brújula ni mapa


Cuando hablamos de escritura, a menudo nos encontramos con dos grandes enfoques que muchos escritores defienden: escribir "a mapa" o escribir "a brújula". Estas dos formas de aproximarse a la creación literaria marcan el ritmo, la estructura y, en última instancia, la esencia de la historia que contamos. A lo largo de la historia de la literatura, algunos autores han sido claros defensores de un enfoque sobre otro, mientras que otros han experimentado con ambos, buscando encontrar su propio camino creativo.

El método de escribir "a mapa" (outlines) se refiere a planificar minuciosamente una historia antes de sentarse a escribirla. El escritor conoce el principio, el final y todos los hitos importantes que la trama deberá atravesar. Este enfoque estructurado permite trabajar con una visión clara del producto final.

Escribir "a brújula" se refiere a lanzarse a escribir sin un plan detallado, confiando en la intuición para guiar la narrativa. El escritor descubre la historia a medida que la escribe, conociendo a sus personajes y tramas en el mismo momento que sus lectores. Esta técnica, mucho más libre y exploratoria, permite que la historia crezca orgánicamente, con sus giros inesperados y sus descubrimientos.

Chéjov (también Cortázar habla en este sentido), por su parte, tenía una visión fluida de la escritura: "No busques resultados, escribe lo que te nace y deja que el cuento se escriba solo".

Este enfoque se basa en la confianza del autor en que, si sigue su intuición, la historia encontrará su propio camino. Para escritores como Cortázar y Chéjov, la creación literaria es una forma de exploración, un viaje a lo desconocido.

Sin embargo, a lo largo de la historia de la literatura, muchos autores han demostrado que no es necesario ser purista de un método u otro. De hecho, la mayoría se mueve entre ambos enfoques, dependiendo de la obra que están escribiendo o de su propio estado emocional y creativo en ese momento. Virginia Woolf, una autora profundamente introspectiva, entendió la importancia de la intuición en la escritura, pero también reconoció la necesidad de una estructura.

O Haruki Murakami, conocido por sus tramas complejas y surrealistas, destaca la importancia de tener una idea de adónde se quiere ir con la historia, incluso cuando esta toma sus propios giros. Aunque Murakami no es un escritor que planifique cada detalle, sí tiene una idea clara de hacia dónde se dirige, lo que le da un enfoque híbrido entre el mapa y la brújula.

Mi recomendación hoy es que utilices el mapa para decidir dónde quieres ir, y la brújula para sentirte libre de explorar con tus personajes.

La verdad es que no hay una única forma de escribir. La clave está en conocer tus fortalezas como escritor y en experimentar con ambos métodos. Puede que un proyecto requiera de un mapa detallado para llegar a buen puerto, mientras que otro necesite el impulso salvaje de la brújula para desarrollarse de manera más natural. El verdadero arte de escribir está en saber cuándo dejar que la brújula guíe, y cuándo detenerse a trazar un mapa claro del terreno que queda por explorar.

Te aconsejo también que veas este video (personalmente me siento muy identificada con las palabras de George R R Martin):

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